¿Quién no ha visto los anuncios de perros y gatos perdidos? Un cartelito que te puede dar, como mucho, unos minutos de tristeza, pero que realmente esconde a unas personas muy preocupadas detrás.
La incertidumbre es terrible. No saber si está bien o mal, si se ha perdido o se lo han llevado. Si lo volverás a ver o no.
Pero no se trata de un mal trago para la persona o la familia. El propio animal sufre en gran medida, y puede desarrollar traumas difíciles de subsanar.
Por eso siempre es mejor prevenir. No dejar las cosas al azar. Aparte del chip obligatorio, identifica a tu perro como mejor puedas. Es muy probable que, si se ha perdido, se acabe cruzando con alguien altruista que lo recoja y busque una forma de llevarlo a su hogar.
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